25 de junio de 2007



Cartagena, V región, Chile

Salí apurada de mi casa con el diario bajo el brazo. El Mercurio Dominical. Me llevé también los Avisos Clasificados. Pero el viaje de ida fue corto y sólo alcancé a leer Nacional y Artes y Letras.
En Cartagena el día era brillante. Brillante porque el sol ardía los ojos. Brillante también porque los colores era precisos, eran más bien armónicos, o perfectos.
El Mercurio Dominical fue el mismo que en un segundo de distracción salió corriendo, gritando libertad. El mar estaba apetitoso, al parecer irresistible.
A pesar de su acto de rebeldía lo fui a buscar, y lo recuperé, en parte... Me quedé con el Artes y Letras y los Avisos Clasificados. Qué más. Al final eran los avisos lo que me importaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La idea de la vida es esa: dejar que las cosas sucedan sin previo aviso. Ahi podrás vivir lo que realmente debes vivir. Para qué programarse tanto si al final todo seguirá su propio camino. Dejar fluir no es despreocuparse, dejar fluir es "ser".