13 de abril de 2007



Torres del Paine, XII región, Chile

Escrito el 31.01.07:
Hoy comienza un gran viaje, más que eso... una aventura. Me internaré en el sur de Chile y caminaré por los senderos que llevan al fin del mundo. Quiero alejarme de los problemas, de la gente, del trabajo, de mi cabeza. Viviré una fantasía en un bosque encantado y me encontraré con personajes míticos, místicos. Seré protagonista de una película de misterio o de suspenso o de aventuras en un escenario rodeado de naturaleza exquisita. Abrazaré a las más extrañas especies y mojaré mis pies en las aguas más puras. Proyectaré mi vida al desdoblarme de emoción frente a paisajes inesperados, llenos de magia y belleza. Aprenderé a obtener, a extraer o más bien a exprimir, el amor de la tierra. Ese amor del cual surgen las plantas y flores de variados colores. Aprehenderé la esperanza de un cielo limpio que funciona como espejo de los personajes reinantes; y frotaré mi cabeza con agua de colonia, frescas, sabrosas, extremadamente atractivas.


Será una aventura. Sin duda hoy comienza una gran aventura.



Una predicción que culminó el 7 de marzo con esta maravillosa vista de las Torres del Paine que nos brindó el sol. Nuevamente la luz fue la protagonista y llenó de una intensa gama de colores el escenario: desde el gris hasta el amarillo, pasando por los tonos anaranjados.



Otra vez la naturaleza me sorprende... una imagen retrata tal vez el momento pero no mi emoción -tal vez sí- de sentir que hay manos tan grandes y talentosas que pudieron crear esta obra de arte, me refieron al macizo Torres del Paine.